La bautizamos después de fallecer: HADA

No nos queda más consuelo que ese: haberle puesto un nombre a esta pobre podenca tras fallecer y haberle proporcionado todo lo necesario para que tuviera una muerte digna.
El domingo por la noche teníamos un aviso de una perra atropellada por un coche en una carretera de nuestra ciudad, en la Avenida de Libia.
Una compañera que se encontraba trabajando acudió inmediatamente al lugar y se encontraba con la estampa.
El animal tras el accidente se quedó inmóvil en el acto. La familia que iba en el coche no pudo esquivarla y el golpe fue mortal.
Se llevó de urgencias a la Clínica Veta donde la atendieron nuestros veterinarios. Horas más tarde, recibíamos la noticia de que no pudiendo superar las heridas, HADA fallecía de un traumatismo craneoencefálico.
No queremos que esta perra sea un simple número y quede en el olvido. HADA era una preciosa podenca con toda una vida por delante. Era fruto de un cazador que la desecharía, sin microchip como siempre, cuando ya no le sirvió. Es la historia de la mayoría de los animales abandonados, así terminan. Por muchos que rescatemos, más se abandonan. Es el resultado de una legislación que no funciona contra el maltrato animal.
Damos las gracias a nuestra compañera Ángela por intentar hacer todo lo posible por salvar a HADA. Esta vez no ha podido ser, pero el consuelo para todos nosotros es que no murió agonizando bajo la fría noche invisible a todos. Siempre te recordaremos HADA.